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La fuga
Habito uno existencia normalizante, normalizadora. Aquella que me provee de un refugio limitado.
Y no es una cuestión de dimensión, sino de forma.
Pareciera que a un cuerpo se le puede dibujar una línea, que dibuje su borde exterior.
Y entonces pareciera que este es mi límite. Entonces esta existencia tiene un borde, una limitación.
Esta existencia normalizada, normalizante, me propone un espacio limitado, limitante.
Vuelvo a insistir, no tiene que ver con la dimensión, sino con la forma.
Este apenas refugio donde se me permite existir. Pero no de cualquier forma.
Se puede adoptar una posición incómoda y sostenerla tanto hasta acostumbrarse y creer que es cómoda?
¿Cuántas de las cosas que haces en tus días, te resultan incómodas, y sin embargo aun siguen formando parte de tus días?
La incomodidad se puede volver asfixiante, el aire no fluye.
Algunas partes se rigidizan para conservar la posición incómoda, mientras otros costados intentan relajarse.
Entonces me fuerzo, empiezo a encajar, porque prometen que en algún momento esa incomodidad se volverá cómoda.
Pero si algo es incómodo de lo incomodo, es justamente la propia incomodidad.
Unas partes se sacrifican para que otras se acomoden, se relajen, se regocijen.
Un porcentaje de la población vive completamente incómoda, para que otra porción se acomode, se regocije.
Encontré en lo incómodo, un escape, una fuga.
Resigno el regocijo de la comodidad de sentirme cómoda, porque en la incomodidad encontré una fuga, un escape.
Esta línea que divide lo cómodo de lo incomodo, ya no es rígida, sino fluctuante.
No es una cuestión de dimensión, sino de forma.
¿Cuáles son las formas en las que se nos es permitido existir?
Aquello a lo que llamamos borde, límite, no es un hecho, es una acción.
El límite es un acercamiento infinito. Me acerco infinitamente a aquello que me incomoda, y aparece el fantasma normalizador y normalizante de la vergüenza. Puedo sostener durante mucho tiempo una posición incómoda para que se vuelva cómoda, pero no se cuanto tiempo pueda sostener aquello que me da vergüenza.
Encontré en la incomodidad, una fuga, un escape. Una válvula, pequeño diafragma de luz.
Asique me entrego a lo incómodamente vergonzante.
La vergüenza es aquello que humilla, La humillación es una acción y una sensación, lo producido y el produciente.
La humillación es un acto que atenta contra la dignidad de otra persona y es a la vez la sensación experimentada al recibir dicha ofensa.
Encontré en la incomodidad un arma para matar a la vergüenza. ><